Dentro de nuestro ciclo del origen de las cosas comunes que nos rodean, ¿por qué no hablar de las cerillas? La verdad es que muchos de nosotros los usamos a diario, y parece increíble que una cosa tan sencilla sirva para hacer fuego. El secreto de las cerillas es el fósforo.
Cabe destacar que hasta la aparición de las primeras cerillas o de los mecheros, el ser humano no tenía la capacidad para hacer fuego dónde quisiera y cuándo quisiera, convirtiendo a veces cosas tan sencillas hoy como calentar aceite o encender una luz (antiguamente iban con fuego) en autenticas quimeras. Pero...¿de dónde vienen las cerillas?